jueves, 7 de febrero de 2008

Primer óleo imperfecto (De Óleos imperfectos)

Gilberto Lastra Guerrero


Amar a una mujer es amar el lienzo limpio y sucio

su idea suicida

de una habitación

por la mañana

la marea de locura

en nuestros labios cerrados

la cresta del sueño

en el horizonte de la ventana

el cuerpo encallado

en el cansancio que despierta

mis labios en los senos

y las manos en el muro del presente

el páncreas

y el hígado compartidos

tantos días de infortunio en el agua que le cae del ojo

y corre el rímel que ha manchado la almohada del recuerdo

es amar los zapatos puestos los abandonados por la fatiga

en el clóset t i r a d o s por toda la casa junto a los calzones

¾al andar enigmas perpetuos los zapatos rosas¾

los verdes y azules los perfumes de sus colores

sostienen la cadera y su columna

las piernas crecidas en los zapatos de tacón

de piso zapatos sólo zapatos tirados

es amarla desflorada en la cama

en el filo del deseo

en las puertas de su manía infantil

es jugar con delfines entre las sábanas

es robar las calles

de una ciudad llamada Nadja

es verla metida en el sostén y enfundada en bragas

para lanzarlos de nuevo al suelo

y tallar el pene contra las paredes

de su conciencia durante un programa de noticias

platicar con Cratilo

por el cuerpo de su nombre

¾es estrechar la vida con la vida¾

sembrar almas

en la palma de la mano

regurgitar demonios en la distancia

mientras se baña

ver lunas amontonadas

como todas las lunas que no miramos

en una pila de huesos junto a los collares

es verla salir del lienzo que se le desprende pasando

del pasillo a la habitación

verla trepar la cuerda de la memoria

y caer cada vez que se pronuncia su nombre

comulgar el lino y el óleo del pensamiento

(consagrar mis manos con el misterio

de su mirada al frotarle el cabello)

incubar un hada en los testículos para concebir fantasías

es comprar un bolso rosa de manga corta una tarde

y llenarlo de aventuras

hacer historias para guardarlas en el labial

¾despertar al mundo¾

dibujar en nuestros ojos

la Flor de los Amantes

vivir una feliz tragedia contenida en la palabra Muerte

es cantar a coro por la regla

guardarla en el bolso rosa y pasearla por el camino

que abre el trueno de su andar

es beber y embriagarse con el dolor que oculta su sonrisa

mirar el chubasco en la pupila

y detenerlo al cambiar de firmamento

con palabras de un pequeño poeta

es entregarle al alba la primera caricia

del rostro antes de ir a trabajar

es desnudar su luz

y dársela para que ande en las calles recordando nuestra oscuridad

cambiar la brújula al sur de su anatomía y meter

mis manos en un nido de espinas para verla renacer cuando se viste

es buscar nuevos cuerpos en los mismos cuerpos

romper puertas en la locura y

dejar pasar la carne por los ojos

es ser poeta un momento aunque se esfume

ser pluma y tinta y escribir un cuerpo aunque el agua lo borre

ser Orfeo y rescatar a Eurídice

de una adicción o del manicomio familiar

es pisar el principio de la sexualidad y su tierra creada para un árbol que camina cada tarde

es acordar un código en los besos

es besar palabras mudas

enamorar al silencio

romperlo a mitad del cielo con miradas ausentes

cuando se despide y enfila a la oficina

en-

con-

trar

en

los

aretes

cascadas

de

lunas

cayendo al fondo del silencio

es forjar una nueva Biblia con todas sus tragedias

¾con las mismas tragedias y nuevas tragedias¾

beber de todas las culturas los besos

la sangre nuestra muerte

las elegías para resumirlas en caricias

abrir el Partenón de la blusa y tocar las maravillas

alcanzándola en la

escalera

del

edificio

es pedirle el alma a una puta de París

con sus Flores del mal

hablar con una Scherezada muda

y que los cuerpos lancen al silencio sus noches en llamas

es azotar la puerta

para que mueran todas las doncellas

que juegan con la sangre de su Condesa

¿qué sería del amor sin esos juegos de inocencia?

es regresar al apartamento Sakti

y romper la columna del sexo ¡crash!

embriagar estrellas

y ponerlas en un vaso de ajenjo ¡plum plum!

mirar en la pecera del dolor la sed de los peces

es pensar en clavar mis dedos entre su cabello

buscando su corola en la tierra recién mojada por la muerte

¾cada uno de mis miembros es un pétalo de tu flor mujer¾

creer en el reloj

de arena

del

pubis

desangrar

una

llama

en la pared

mientras

no está

para recostarla por la noche en una cama de cenizas

y salvarla con palabras de la vejez

es morir de frío en la primavera de su boca

es pensar en bañarla

con bilis negra y secarla con epifanías

es tomar por asalto las plazas

y gritar como un guerrero que los dedos

son lanzas y las palmas escudos hinchados por dragones

es izar las velas de la noche y hacerla caer como un telón en sus párpados

limpiar cuando uno llega la lava

que transpira su cuerpo

es

acordonar

la zona

del desastre de

un

coito i n t e r r u m p i d o por discusiones

raspar el ataúd que no verá un cuerpo consumido

por el fuego del tiempo una noche de regateos en el alma

abrir poros en su piel

y encontrar una aldaba de labios

para oír la enunciación

poner a mendigar a Dios en el atrio del cuerpo

cuando vuelve a la cama

mirar al niño y al poeta consagrar

sus manos con recuerdos

y bendecir el cuerpo

sudando dimensiones

encontrar el vellocino

de oro entre los pechos

buscar la luz en su desnudez nocturna

entonar una canción salvaje

es abrir los ojos de Petrarca

en las lunas del espejo

apagar el sol con sus labios

mientras se quiebran todos los cielos

de una tarde

es callar en el pecho de su ausencia

1 comentario:

Carlos Domínguez dijo...

Me gusta la estructura rítmica y orgánica que le das a tu poema. Gracias, es una leccion de estilo.